17.5.04

Le puso tanto huevo que le dolió - ÚLTIMO CAPITULO

CAPITULO V - “Una alegría”

La relación entre este hombre de caza y de la “virgen” conservadora, de una manera u otra, empezaba a descender de manera considerable. A polleras no le producía mas placer el hecho de estar con ella; ella ya se había cansado de pasar tanto tiempo con la misma lengua. La relación de amistad entre el resto del grupo también había descendido de manera desfavorable, dado que ahora tendría que buscar otro grupo con quien enfiestarse. Esto no estaba en común acuerdo entre los hombres, pero sabían que por su bien, era necesario.

Suena el piedrófono en lo de Sejo, era su pretendido que le ha pedido de juntarse a hablar para saber que estaba pasando entre ellos.


Esa misma tarde, al caer el sol, ellos se encontraron en una playa de aguas frías, arena caliente y un montón de cotorras dando vueltas.
Mientras se veía como bajaba el sol sobre el mar, ellos deciden hablar sobre que era lo que estaba pasando.
Llega la noche, se encienden las antorchas playeras, y ellos seguian viendo la manera de no terminar algo que para ellos había sido tan agradable y divertido.
Después de horas de negociación se dan cuenta de que nada podía evitar una separación inminente. A los besos, a los abrazos, a los toqueteos, etc…, ellos se van cada uno por su camino, con sus cabezas gachas.
A las semanas ambos grupos habían cortado todo tipo de comunicación, y era hora de volver a la vida cotidiana.
Cargaron sus Bueyes y siguieron camino hacia el norte, donde les esperarían unos arduos años de soledad y calentura.

Hace no mas de un año se han encontrado restos de un hombre esta raza tan peculiar, por grandes estudios arqueológicos se ha determinado que el espécimen encontrado era polleras, dado que se lo encontró con la mano en su miembro masculino y unos manuscritos que decían (traducido): “Puedo ser tu mejor amigo?”, entre otras frases de alto contenido sexual. Del resto de los hombres de las cavernas no se han encontrado rastros; se supone que perecieron cuando perseguían a un grupo de zorras, pero antes de llegar a ellas, fueron alcanzados por una erección volcánica.
Sejo y sus cómplices, partieron hacia el sur, donde sabían que encontrarían muchas focas con las cuales compartir el resto de sus días. Sejo murió a los pocos años por una sobredosis de cáscara de plátano.


Moraleja: si ven a polleras, corran, puede estar muy caliente y armado. Se lo ve dando vueltas por Beruti y Larrea.

Moraleja 2: “hay que darle de comer al ganzo”


THE END

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